Abril 2019
Si uno revisara hacia atrás las editoriales de la página WEB en estas fechas, probablemente se encontraría con varios similares; es decir relacionados con el fin del periodo de formación y el inicio de un nuevo grupo que comienza esta etapa.
Cuando uno recibe en primer año a los residentes también recibe una gran carga emocional y un compromiso. Debemos poner a su servicio todo nuestro conocimiento y disposición para hacer de ellos verdaderos cirujanos.
Al partir, después de tres años, viene una etapa de evaluación; lo que se ha hecho bien y mal e intentar tener la retroalimentación necesaria para poder ir mejorando cada vez más.
Los programas deben ser revisados periódicamente, incorporando nuevas técnicas no sólo quirúrgicas, sino que también educacionales.
La manera de enseñar ha cambiado en forma importante en los últimos años. Actualmente se centran en adquirir habilidades y destrezas, las que se pueden obtener a través de simuladores y modelos, a diferencia de antaño donde se hacía todo en el paciente y, a lo más, en algún cadáver.
Estamos contentos de lo logrado en nuestro Programa. Hay un equilibrio entre la formación teórica y la práctica. Los conocimientos de adquieren también a través de internet, se pueden ver los vídeos de técnicas y con este conocimiento se concurre al laboratorio de simulación para ensayar. En resumen, cuando el cirujano en formación enfrenta sus primeros casos clínicos, ya tiene una cierta experiencia en los simuladores.
Lo anterior es muy parecido a la formación que tienen los pilotos de avión. Si inician en los simuladores y posteriormente se enfrentan, con la presencia de un instructor con experiencia, a los primeros casos reales.
A contar de este mes de abril, asumo como Director del Departamento de Cirugía del Campus Oriente – Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Espero enfrentar este reto con la mayor energía y dedicación para seguir cumpliendo este gran desafío que es la formación de futuros cirujanos en la Especialidad de Cirugía General.