Diciembre 2013

 

Recuerdo que, cuando tenía 12 años, fue el Director del Ciclo Básico de nuestro colegio a darnos una charla a los alumnos de 8° básico sobre el ingreso a la universidad.

 

Nos señaló que en los próximos cuatro años, es decir cuando estuviéramos en 4° medio habría un aumento significativo, en varios miles de postulantes a la Educación Superior, sin que se vislumbrara un incremento similar en las vacantes.

No todos los compañeros recuerdan esta situación que a mí me impactó profundamente. En esa época eran escasos los centros universitarios que impartían la Carrera de Medicina, por lo que si uno quería ingresar a ella debía prepararse desde el colegio, cuidando de tener excelentes notas en los últimos 4 años, es decir en la Enseñanza Media.

Han pasado muchos años desde entonces. El número de postulantes, se ha incrementado significativamente, pero también lo han hecho los centros formadores. Es aquí donde comienzan los problemas, la calidad de algunas de esta universidades es bastante deficiente. Sólo me referiré a la Carrera de Medicina, es la que conozco mejor.

Una universidad debió cerrar porque no fue acreditada, se investigan, en un proceso judicial, hechos bastante poco claros, que dicen relación con la utilización de fondos universitarios para fines personales de los directivos y sus familias.

El problema lo han tenido los alumnos, que enfrentan una carrera sin terminar y que han solicitado ser admitidos por otras universidades. Esto trae consigo otro problema, tal es que la universidad que debería recibirlos tiene como postulantes a alumnos con las calificaciones más bajas para la Carrera de Medicina. Muchos no quedaron en universidades más exigentes y prestigiadas ¿por qué admitirlos ahora? Pero por otro lado ¿son culpables los alumnos? Aún es un tema sin resolver.

Muchas de estas nuevas universidades, producto de la llamada ”libre competencia en educación”, sólo tienen fines de lucro, sin preocuparse de mantener estándares mínimos de calidad y muy alejadas de la excelencia de los grandes Centros Universitarios.

Tampoco cuentan con centros clínicos que permiten en forma adecuada el aprendizaje de los alumnos. Éstos o son muy pequeños, con escaso volumen de pacientes y de casos clínicos, o son privados donde los alumnos están impedidos de examinar o evaluar a los pacientes.

¿Qué calidad de médicos están formando estas universidades?

Existen programas nacionales de evaluación y acreditación, supervisados por el Estado, que muchas veces deben soportar el peso y las presiones para acreditar una carrera que ya tiene alumnos en 3° ó 4° año de medicina, entonces se plantea la duda de qué hacer con esos alumnos en caso de no acreditar al centro. Finamente, en la mayoría de los casos, se acreditan, perpetuando el problema.

Falta mucho por hacer en lo que respecta a la educación médica en nuestro país y es fundamental velar por estándares mínimos que permitan ofrecer a nuestros pacientes una atención de excelencia.

Prof. Dr. Mario Uribe
Editor