Diciembre 2023

 

Éste mes han pasado muchas cosas. Me presenté como candidato a Consejero Nacional del Colegio Médico. Una apuesta interesante para intentar representar a los médicos de nuestro país, tanto del ámbito público como privado.

 

No salí electo. Las razones que lo explican son múltiples, entre ellas el, prácticamente, no haber realizado campaña promocional (hubo colegas que pidieron vacaciones para este objetivo), otra es el no tener redes sociales y la tercera, creo que es la más importante es que no represento los intereses de la mayoría de los médicos. Provengo del mundo académico, trabajo en un Hospital de atención terciaria, hago cirugía de gran especialización, como es el trasplante hepático y siempre he trabajado en las clínicas privadas más importantes del país. Detrás de esto hay un mundo de médicos jóvenes que trabajan en la atención primaria, con escasas posibilidades de especialización, o en centros de muy escasos recursos o en clínicas privadas pequeñas, de atención masiva, que muchas veces exigen la atención de un paciente cada 15 minutos o “sugieren” la solicitud de cierto número de exámenes por cada paciente atendido.

Esta realidad, tan cercana, pero ajena, creo que influyen en forma importante en que los votantes escojan en personas que los interpretan mejor, en forma más cercana, que viven en el día a día su problemática. Desde ese punto me alegro por las personas que fueron electas. Por otro lado también pude observar que para votación, fundamentalmente gremial, el Colegio Médico de Chile, sea una representación de la polarización política que se vive en nuestro país, palabras como “médicos fascistas” o “médicos comunistas” para referirse a los adversarios en estas elecciones, sin ningún fundamento, hacen que este insano clima de descalificaciones pertenece a las instituciones, aunque sean tan prestigiosas como el Colegio Médico de Chile lamentablemente.