Enero 2012

 

Quiero iniciar esta editorial esperando que todos hayan pasado unas felices fiestas en compañía de sus seres queridos y que el año 2012 esté lleno de realizaciones personales y profesionales.

 

La verdad es que la diferencia entre el 31 de diciembre y el 01 de enero del año siguiente probablemente en cuanto a nuestras condiciones afectivas, económicas, de salud y de trabajo no tengan mayores cambios, sin embargo, los seres humanos necesitamos de hitos para formular nuevas propuestas o emprender grandes desafíos. Nadie comienza un nuevo régimen dietético un día miércoles. Todos esperamos que sea un lunes, el primero de algún mes, la fecha de algún cumpleaños, aniversario o cualquier otra que tenga para nosotros un significado especial.

Es por ello que el inicio de un nuevo año nos llena de energía y nos hace realizar nuevos planes en los diferentes ámbitos de nuestro quehacer. Para los habitantes del hemisferio sur ha comenzado recientemente el verano, y las vacaciones están por empezar. La ola de calor estival hace que grandes grupos humanos se desplacen a playas de todo el continente o salgan fuera del país a visitar lugares alejados. En este entorno, aprovechando el tiempo libre es que uno debiera hacer una evaluación de lo que ha sido el año que termina y poner objetivos y metas para el próximo. No todas se cumplirán, es cierto, pero la planificación y el trabajo por conseguirlo alimentarán nuestro espíritu en los meses venideros.

Los más jóvenes esperan ansiosos los resultados académicos de diferente índole, para ingresar a la enseñanza media, universidad o programas de postgrado, los de edad intermedia esperan consolidar el trabajo de gran parte de su vida y muchas veces postulan a importantes cargos, tanto académicos como administrativos, en nuestro caso en el ámbito de la salud. A los mayores les espera culminar la cosecha de toda una vida de trabajo, muchas veces siendo el año que se inicia el que marca inexorablemente el retiro al cual llegaremos todos algún día. En el plano personal puede presentarse la graduación de hijos o nietos de diferentes ciclos estudiantiles.

Pero lo más importante es que el 2012 es un año completamente abierto a lo que pueda suceder. Hay amenazas y desafíos, pero sobretodo oportunidades. Hay riesgos pero lo que nos debe guiar es el optimismo de enfrentar un futuro que, aunque desconocido, nos ha de brindar el fruto de lo que hemos sembrado en los años previos.

Mucha suerte y nuevamente un feliz 2012.