Febrero 2013

 

Es verano en el Hemisferio Sur, sinónimo de vacaciones. La pregunta es ¿cómo descansar adecuadamente?

 

Hace poco me contaba un amigo que cuando era niño, sus padres lo enviaban de vacaciones donde su abuela, de origen suizo. El teórico descanso se veía interrumpido todos los días a las 8 de la mañana, por la exigencia de la abuela de que todos debían levantarse temprano. Ante los alegatos de los niños, ella respondía que en las vacaciones se descansa “sólo con el cambio de actividad, no de horario para hacer cosas”. Esta anécdota parece un poco exagerada pero efectivamente a veces no tenemos claro cómo descansar después de un largo año de trabajo.

Estoy de acuerdo en que el cambio de actividades es una excelente manera de descansar, a veces a cambio de un cansancio físico, tal es el caso del sacrificado y estoico “Turista”.

En efecto, el turista que desea conocer, por ejemplo algunas ciudades europeas, se levante muy temprano, para tomar rápidamente desayuno y parte, con un listado de tareas a realizar o sitios en visitar. Premunido de un mapa, camina como beduino, intentando cumplir los objetivos planteados; de la plaza al museo, del museo a la torre, de la torre al otro museo (antes que cierren), de allí al monumento y de vuelta al otro parque, pero como ya se hizo de noche debe dejarlo como pendiente para el otro día. Entre medio un sándwich a la rápida o la oferta del día en un restaurant.

En la noche, debe asistir a ese espectáculo de variedades que no existe en su país, o ver la película con un mes de anticipación a su ciudad natal, teniendo como un trofeo que mostrar a sus regreso y poder decir ah, esa película yo la vi en …., dice el nombre de una importante ciudad europea o norteamericana. Al volver a su país de origen ¿descansó? Por supuesto que sí. Está físicamente cansado pero puede enfrentar fácilmente un nuevo año de compromisos.

El otro extremo es aquel que no hace nada. Con el abdomen lleno de bronceador, descansa panza arriba en alguna playa de su país o del extranjero. Se levanta tarde, toma un buen desayuno y a las 2 horas está preparando (o ya consumiendo) el aperitivo. Su trago predilecto acompañado de diferentes quesos, papitas fritas y variedad de jamones, completan el espectáculo. Lo sigue un breve baño, descanso, ….., baño, almuerzo, siesta al sol, baño, ingesta varias de alimentos y a prepararse para la cena, habitualmente un asado. Los más resistentes salen en la noche a algún casino u obra de teatro después de lo cual se impone un último “traguito”. ¿descansan?. Por supuesto que sí. 

Desafortunadamente el alza de peso los persigue durante los próximo seis meses. Su frase predilecta es “el que no engorda en las vacaciones es porque lo pasó muy mal”

Finalmente hay, a lo menos , otros dos formas de descansar en este período. La primera es el deportista, aquel que se levante a las 7 A.M., antes que empiece el calor, se toma un jugo, corre hasta las 9, toma un desayuno balanceado, juega paletas hasta el almuerzo (frutas y verduras generalmente), camina por 2 horas hasta la plaza vecina, o por la montaña y una vez que “ha pasado la digestión”, juega fútbol, paletas de nuevo, nada y va a ver el atardecer en bicicleta al pueblo vecino. Por supuesto que también descansa.

Para finalizar está aquel fanático del bricolaje, la tornería “el maestro”, o como se llame, que ocupa las vacaciones para reparar todo lo que se ha estropeado durante el año, o para hacer la verja que siempre quiso, la casita de muñecas para su hija o la nueva instalación eléctrica de su casa de verano. Es otra forma de descansar. ¿Qué es lo mejor? Probablemente la mezcla de todo esto, dejando además un espacio para disfrutar un buen libro, acercarse a los hijos y compartir con la familia.

¿Qué hago yo?
Yo no salgo a vacaciones en esta época.

Prof. Dr. Mario Uribe
Editor