Junio 2025

 

Producto de los últimos acontecimientos en Chile, donde se pesquisó que por más de 25.000 funcionarios públicos habían mal utilizado las licencias médicas, trabajando durante el periodo de reposo e incluso saliendo de vacaciones, es por eso que me he involucrado un poco más en el tema, observando sus aristas médico-legales y su implicancia laboral.

 

El problema tiene dos variables; lo del emisor y lo del receptor. El emisor, médico, debe entregar una licencia a un paciente que, producto de su condición, no pueda asistir a su trabajo habitual.  Ésta debe a su vez, basada en historia clínica, evaluación de su estado y, en algunos casos, exámenes y/o antecedentes de cirugías o procedimientos.

Si no se cumplen estos requisitos y se falta a la verdad y se está engañando al sistema, con un costo tanto por el ausentismo laboral como por los reemplazos respectivos que, en Chile, supera los US$350 millones.

Entregar licencias médicas para otro fin, es un delito.

Por el lado del paciente, este debe ser veraz, apoyarse en exámenes y antecedentes que el médico solicita y aspiran a los días de reposo proporcionales a lo que lo afecta.

Como médico muchas veces estamos expuestos a situaciones reportadas por los pacientes que no podemos confirmar y, por ende, ser víctimas de engaño. La más frecuente es el dolor, cuya presencia o magnitud es imposible de evaluar. Por lo tanto, cuadros de dolor de cualquier origen, cuando han sido objeto de licencia médica, aunque no esté basado en exámenes que lo sustentan, pueden llevar a equívocos o, directamente, al engaño. También ocurre con frecuencia con situaciones de estrés laboral, depresión y otros cuadros siquiátricos. Esta acción reñida con una conducta ética y moral esperable, es responsabilidad del paciente y el médico la otorga sufriendo un engaño.

Otra situación relativamente frecuente es de algunos médicos que venden licencias, sin corroborar la enfermedad de sus pacientes. Esto es un negocio y un delito. El médico no tiene la voluntad de proteger al paciente sino de lucrar, engañando al sistema.

Otra alternativa es que, producto de ausentismo por otras causas, el médico se preste para hacer una licencia falsa, por razones que él considera justas, por ejemplo, si alguien faltó al trabajo y lo van a desvincular, porque el hijo estaba enfermo, o porque no tenía con quien dejarlo al irse a trabajar, entre muchas otras. En ese caso el médico asume un rol que no le corresponde, tal es, a través del engaño, remedar una situación que considere injusta.

Por último, se debe destacar que debe investigarse caso a caso, pues existen muchas situaciones que parecieran a primera vista un hecho repudiable de falta a la probidad, pero que tiene una explicación dentro de la legalidad y la ética.