Marzo-Abril 2011

 

Partir….. Culmina hoy un proceso de formación de 3 años de nuestros residentes, motivo de alegría y orgullo para nuestro Departamento y Servicio.

 

Llegar…..
Se inicia, al igual que en años anteriores, una nueva etapa para los residentes que hoy llegan.

¿Hubo tiempos mejores de este Programa? No lo sé. Se dice que todo tiempo pasado fue mejor pero si uno escarba en los recuerdos, posiblemente no sea así.

Sin ir muy lejos, o más bien yendo muy lejos, recuerdo cuando yo hice la especialización en cirugía.

La mayor diferencia está en el acceso a la información. Nosotros estudiábamos en unos apuntes amarillentos elaborados por próceres de la cirugía ya fallecidos, o que se encontraban con Alzheimer o en estados terminales de enfermedades desconocidas. Así de modernos. Eran de color amarillo, sin fecha de elaboración, escritos con “stencil” y en papel “roneo”. (tarea para averiguar a qué me refiero).

Ahí se iniciaba la segunda etapa del proceso. Hacer las diapositivas.
La diapositiva representaba un paso gigantesco en relación a la transparencia, que ya se miraba como sentenciada a desaparecer. Los “tecnológicos de la época” ya usaban las “Diago”, los normales la transparencia, los “Profes” el rotafolio y los anticuados la tiza, dividiéndolos en los normalmente anticuados que incorporaban la tiza de color y los muy anticuados que se quedaban en el pasado de la tiza blanca.
Bueno, esta situación debe compararse con el acceso actual a la información vía Internet.

Nuestras presentaciones clínicas debían ser solicitadas y anunciadas como con 6 meses de anticipación para darnos la oportunidad de llenar los formularios de los famosos “Current Contents” y enviarlos a USA solicitando los “papers”.

El Current Contents (contenidos de la publicaciones científicas) demoraban mucho tiempo en llegar, ya que eran enviados en barco, por lo que siempre los recibíamos atrasados.
Posteriormente pasaban 2 semanas en revisarlos, un mes en que llegara al autor y si, teníamos suerte, éste mandaba la publicación. Los autores más rascas o fomes, sólo enviaban fotocopias muchas veces de tan mala calidad que había que imaginarse el contenido.

Esto equivale a la actual “información en línea”.

Había máquinas de escribir en vez de computadores, con problemas ya conocidos. La máquina de la secretaría 1 no marcaba bien la “a”, la de la secretaría 2 “se saltaba la R”, es decir si uno escribía que el paciente se “rascaba” se leía ”ascaba” con lo que uno no sabía si decía “rascaba” o “mascaba”, etc.

Existían varios tipos de diapositivas y, por supuesto, de precios.

La más barata era de fondo negro con letras blancas. La clásica: al revés, fondo transparente en letras negras. Más elegante pero ningún aporte.

La mejor opción y, por supuesto, más cara, era la de fondo azul con letra blanca; elegante, distinguida, solemne.

El proceso de hacer las diapositivas a máquina tenía varios problemas. Si uno se equivocaba debía repetir el proceso, sin ninguna garantía de que no se volviere a presentar el problema en otra parte de lo escrito.

La presentación de los diferentes temas, si presentaban un cúmulo de problemas, ahora que estoy como Profesor Encargado del Programa de Formación, veo que tenía más ventajas que desventajas, por lo menos se evitarían frases como que no tuvieron tiempo para prepararlas o que les habían avisado a última hora.

El tiempo ha transcurrido y no debemos quedarnos en el pasado. Hay muchas tareas que realizar y un futuro que enfrentar.

Al finalizar este período de formación sólo deseo decirles que estoy muy contento y orgulloso de haber estado a cargo del Programa. Es una de las buenas promociones de becados que hemos tenido.

Y en este mundo de avances, de tecnología y de libre mercado, de competencia y de muchos cambios valóricos hay una sola cosa que no ha cambiado, que es nuestra razón de ser como cirujanos, y que debe guiar nuestro accionar profesional en forma incuestionable ésta es nuestros pacientes.


MUCHAS GRACIAS Y BUENA SUERTE

Dr. Mario Uribe, editor.