Septiembre 2015

 

Septiembre es en Chile el mes de la Patria. Se conmemora nuestra Independencia como país. También se inicia la primavera.

 

En este mes algunas universidades entregan los resultados de las postulaciones a Programas de Formación de Sub-Especialidades Quirúrgicas.

La selección suele no ser fácil. Los postulantes son de alto nivel y la mayoría tiene importantes méritos académicos y algunos años de trabajo en lugares más alejados, que les ha permitido ganar puntaje, que los haga más competitivos.

Pero, aparte de las condiciones académicas, técnicas y capacidad de trabajo, ¿qué requisitos debe cumplir un cirujano para que realmente sea un aporte social en su nueva especialidad?

Me parece que lo más importante es que cumpla condiciones éticas y morales que aseguren al paciente una atención de calidad centrada en él, y la sociedad. Un profesional responsable, honesto y éticamente intachable.

En el mundo actual, globalizado, con tantos distractores y tentaciones, esta tarea parece no ser fácil. Un cirujano, especialista o sub-especialista, debe ser estudioso, estar actualizado, ser técnicamente competente y centrar su quehacer en el paciente.

Debe andar bien presentado, correcto, limpio, ordenado, claramente identificado. Debe atender a sus pacientes en el horario fijado y en caso de atrasarse, comunicarlo oportunamente. Debe explicar en forma clara la patología al enfermo, sus alternativas terapéuticas, sus potenciales complicaciones. Debe referirse a su capacidad técnica para realizarlas, y en caso de no efectuarlas, explicar en forma clara y contundente las ventajas y desventajas de las técnicas alternativas, que él no domina.

Debe explicar en términos simples, que el paciente pueda comprender, los resultados de las intervenciones realizadas y su pronóstico, también debe reportar las conclusiones de reuniones y comités donde los casos son tratados. Debe tener una relación gentil con otros profesionales de la salud, personal paramédico, colegas, jefes y subordinados.

Debe reconocer errores y reportar las situaciones que pudieren perjudicar a los pacientes, a través de los mecanismos establecidos.

Debe ser honesto en el cobro de sus honorarios, y en los del resto del equipo de trabajo que lidere.
Nunca debe desprestigiar a sus colegas ni pronunciarse sobre sus competencias con información incompleta, aportada por terceros, o cuya veracidad es desconocida.

Encontrar estos profesionales es bastante más difícil de lo que parece. Es por ello que los mecanismos de selección deben considerar estos aspectos, para seleccionar a los mejores cirujanos, en el camino a obtener una subespecialidad, que cumpla las expectativas de nuestra sociedad.
 

Prof. Dr. Mario Uribe
Editor